+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 24, 37-44
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre:
Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
Palabra de Dios
Comentario
I Domingo de Adviento [A]
Isaías 2, 1-5; Romanos 13, 11-14; Mateo 24, 37-44
- "Velad". El Señor nos lo pide insistentemente.
- El sabe que fácil nos distraemos y perdemos de vista la meta.
- Estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.
- Sabemos que la vida pasa pero no queremos pensar en ello.
- El Cristiano ve la vida como una oportunidad de amar y prepararse para la eternidad con Dios.
- Esto no significa que desprecie al mundo y sus responsabilidades, sino al contrario.
- El Cristiano sabe que tiene una misión, una vocación, aquí que determinará su vida eterna.
- Por eso Jesús nos alerta: "velad"
- Quien vela se prepara, pone su atención en lo que vale.
- Lo que vale es el amor aun en las cosas pequeñas. Hacer todo con mucho amor.
- El amor es lo único que nos llevamos al cielo.
- Todo lo demás se queda.
- «El mundo pasa, pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre» (1 Jn 2, 17).
- Piensa de que te preocupas. ¿Que importancia tendrá en 50 años?, ¿En 500?. Sin embargo 500 años no son nada en la eternidad.
- Jesús salvó al mundo siendo carpintero. Es decir, viviendo una vida humilde y escondida pero siempre unido a su Padre en perfecta obediencia y amor.
- Santa Teresa de Ávila: «Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Sólo Dios basta».